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8.2.12

Segunda Estación

Esta historia sucedió en verano, un tiempo después de la anterior. Trata de una muchacha joven y de hermosos cabellos dorados. Su madre siempre la animaba a salir a jugar fuera, pues hacia buen tiempo y daba gusto estar en la calle.
Sin embargo ella prefería quedarse en casa días enteros, sin salir si quiera de su habitación para comer, simplemente contemplando su reflejo en el espejo de su tocador, admirando su belleza y cepillándose el cabello.
Su madre estaba muy preocupada por ella; aunque no era su hija de verdad, la quería como si lo fuera, y todos los días le pedía que saliera de su casa e hiciera amigos con los que poder jugar.
Pero la muchacha jamás abandonaba su habitación, a penas sí comía, y se quedaba a altas horas de la noche mirándose al espejo hasta que finalmente, exhausta, dormía.
Una mañana en la que se encontraba en su diaria tarea de cepillarse el pelo, vino a visitarla un extraño búho.
-¿Por qué malgastas tu verano?-Le preguntó.
-No hay nada que me importe ahí fuera. Para mi tan solo existe mi hermoso reflejo.
-No debes pensar de esa manera; algún día tu belleza desaparecerá, y te darás cuenta de que te has perdido todos los veranos de tu vida.
-¿Cómo podría marchitarse una belleza como la mía?
El búho, cansado de la soberbia de la muchacha, señaló un reloj de arena situado encima de su tocador y dijo:
-Cuando esa arena termine de caer tendrás lo que te mereces-y echó a volar de nuevo.
La joven no hizo caso a las palabras del búho y continuó cepillándose el pelo.
Hasta que la arena un día terminó de caer.
La muchacha estaba mirándose al espejo, cuando éste empezó a resquebrajarse por sí solo. La joven se horrorizó al ver que lo que había sido su vida durante tantísimo tiempo, se desintegraba irremediablemente.
Su reflejo -su imagen resquebrajada- se movió, cobró vida y salió fuera del espejo. Fue tal el miedo que sintió que se desmayó. 
Más tarde se despertó en su cama, pero toda su habitación era diferente. Se levantó y se fue directa a su tocador.
-Todo ha sido un sueño- se dijo.
Pero no fue un sueño. Su reflejo había desaparecido. Estaba dentro del espejo.

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