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20.1.12

La Dama

Su cabello son las olas del mar que golpean
furiosamente una y otra vez sobre la arena,
iluminados por los rayos plateados de la luna.

Su piel, suave y helada, son millones de copos
de nieve centelleantes y completamente blancos,
hermosos y cada uno de una forma distinta.

Sus ojos, expresivos y serenos son campos inmensos,
praderas de hierba alta al atardecer,
mientras que sus labios, fuego que arde lentamente
en una chimenea en una noche de diciembre.

Sus piernas, brotes de flores
arraigadas a la tierra y delicadas como las hojas de los árboles,
caminan por las mentes de los humanos
dejando un bello recuerdo a su paso.

Su vestido son rayos de luz
que acarician suavemente su piel,
tan encantados con su belleza que la cubren
en un cálido abrazo.

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