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30.5.12

La Reina Destronada

La nueva reina se sienta triunfante
sobre un trono de laurel
y, con mirada ambiciosa,
Contempla victoriosa sus dominios.
Sus gentes la reciben con vítores y alabanzas
y esperan, impacientes, su mandato.
¿Y qué hay ahora de la reina destronada?
¿Qué hay de su reinado?
Su vestido está sucio y ajado
y su corona, oxidada
por todas las lágrimas que sobre ella ha derramado.
Su grito de desesperación no se eleva
más allá de los oídos de las gentes,
que los perciben
como delirios de un demente.
La nueva reina ríe celebrando su victoria
mientras la triste reina destronada,
incapaz,
marchita,
perdida,
sola,
acepta su derrota con angustia.
Qué decadente la reina destronada
tanto tuvo antes
ahora ya no tiene nada.